sábado, 19 de mayo de 2007

Carta segunda

Querido hijo.. me parece que hace siglos que no hablamos. Sé que me dirás que no hay nada de que hablar, tal vez pensarás:

" que le ha dado a mi padre ahora, que no deja de molestar "..




Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.

No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.

Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.

He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy
me extraño a mí mismo
y descubro que no vivía.

En horas de insomnio, de Miguel de Unamuno.



Se que no vas a entenderlo hijo mio.. pero tan solo te he mostrado como se puede caer en la oscuridad, retales del silencio, fotos de cualquier mal..

.. malos ejemplos en los que no caeras.. yo te enseñaré y tú.. tu aprenderas..

(se acabo la noche y ahora empieza el dia... Insomne)

2 comentarios:

Ariadna dijo...

Bonita expresión de la oscuridad hermanito...

Me encantó tu respuesta a mi estancia en el Escorial, no sabes como me rei

Saludos!!

Camille dijo...

Pero...por qué es insomne?.


P.D. El espejo me recuerda un poco a Borges...