miércoles, 17 de marzo de 2010

Una buena muerte. II

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. . Después de decir esto, dió dos golpes a su gorra en la palma de la mano, se la colocó con aire austero en la cabeza y se despidió con un movimiento de barbilla. Esa fue toda su respuesta a aquellas palabras que habían salido por la boca de aquel joven cinco minutos antes:

-"¡¡Muerete Viejo!!"- le había dicho con aire de prepotencia.

. . . Al acabar su insertación el anciano se dio la vuelta; llenó de tabaco de chasca su vieja pipa que siempre le acompañaba, un tanto cascada ya... y siguió su lento caminar por la ciudad mientras fumaba.

-"Mal vicio"- dijo -"Un dia he de dejarlo...quizás el dia que me muera de verdad".

Y dejó como cosa perdida los gritos e insultos del joven que aun ladraba a su espalda...
Pobre, pensó, aun no se ha dado cuenta que él también llegará a viejo, que pena ser tan estupido, en vez de aprender algo de esta vida... creen que ya lo saben todo...

-"Ayyy.. Hay que ir de sencillo por la vida.. pero no de simple"- dijo en voz baja para sí mismo.

-"¿Y todo por qué? ¿Por preguntar simplemente donde paraba el autobus que llegaba al centro?... Que vida esta.."- Y bajó la calle vieja que llegaba hasta el centro de la ciudad. Al llegar la ciudad se tornaba ruidosa, llena de gente que tenía prisa, nada que ver con la vieja calle que había dejado a su espalda. Esa vieja calle...

Esa vieja calle era como él, era la vieja calle que todos conocían desde hacía tanto tiempo, era la vieja calle que antaño fue centro de la ciudad y que hoy día unía el casco antigüo con la ya reformada Gran Vía de... da igual, aquella vieja calle con sus patios vecinales, sus tenderos de toda la vida, sus rincones estrechos, sus balcones soleados, y sus desgastados tejares viejos... aquella calle con su pequeño parque, hoy abandonado, con sus salidas a plazetas y sus bares de manolo, de pepe y de conchita, esos donde aún el camarero te llamaba por tu nombre y sabía lo que bebías.. Esos en que no sólo eras Don Francisco, sino Paco porque eras amigo.. Y no es un: -"¿Que desea usted tomar?"- de ahora... por mero formalismo.

Aquella calle era tan Paco.. como Paco era Francisco.

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4 comentarios:

@Intimä dijo...

Me has hecho recordar mi barrio,:-)
antes me gustaba salir a pasear... en invierno sus calles olían a chimenea, y era un olor que me reconfortaba, sus ancianos hoy ya no están, cada uno ha ido escogiendo un camino diferente, unos al más allá, otros al cielo, otros andan extraviados quién sabe dónde. Las calles de mi barrio, son las mismas pero han perdido la calidez de cuando caminas descalzo por tu casa, esa familiaridad,se ha tornado en desconocida, y una gran incertidumbre recorre las esquinas.
Uff, y todo esto después de leerte.
Un besito.
:-)

AnaM.M.N dijo...

Las prisas,la impersonalización y un sin fin de matices han logrado que nos carguemos la entrañabilidad del barrio ,ese sentido de confianza que anidaba en los portales y fueron una mano extendida ante cualquier menudencia o contratiempo.El sentido de hogar comunitario que guardaba las llaves bajo el felpudo ...que olia a café por las mañanas y a cocido al mediodia,a freiduria por la noche ...en fin.Un texto tremendamente entrañable.Mucho.
¡¡Ah!! y un millón de gracias por tus palabras hermosas en mi espacio.

Abrazos

Maria Coca dijo...

Con el tiempo todo cambia. El mundo de Paco sigue existiendo en su recuerdo, como él seguirá en el recuerdo de quienes le conocieron.

Una buena muerte es aquella que te ofrece una buena vida.

Besos primaverales, primo querido. Llega el buen tiempo!!!!!!!

Pablo Flores Pineda dijo...

Escribes la raja!

Sigue asim :D