miércoles, 20 de febrero de 2008

Cartas a un hijo Insomne

.

El sol, entraba por las rendijas de la persiana formando ondanadas de luz en aquella oscuridad, desperté si ganas de nada, de nadie, volví a arroparme entre las sabanas de aquella cama.. como una guarida al mundo exterior.. hasta que el teléfono sonó..
.
Hice caso omiso de la llamada, ni tan siquiera miré quien era, hoy no estaba.. para nada, para nadie, para el mundo. Que facil era la vida antes.. ¿verdad?. Quizás lo siga siendo y sea yo quien no lo ve.. y es que siempre uno se cree que debe haber alguien por encima.. pero al final.. en ese momento.. eres tu solo el que tiene la llave de lo que debes hacer.. y no hay nadie que te empuje o algo que te anime.. tan solo Tú.
.
.
Vi el dia tan acojedor..
tan desnudo de mi, tan liviano,
tan suave, tan a mano,
tan cortes.. y al mundo ufano,
que en la noche me quedé,
pensando que era sano.
.
Senti al oido tu tacto,
a la vista tu gusto,
y al sentido comun...
tu olfato para encontrar
lo que en estas penumbras busco.
...continuará

2 comentarios:

Alejandra dijo...

Comprendo totalmente esas ganas de vivir un dia sin más que uno mismo, sin compromisos y responsabilidades, sin llamadas y correos, sin el mundo que de lunes a viernes nos rodea.

Q rico!!!!

Maria Coca dijo...

Todo tu escrito junto a la canción de Serrat derrochan melancolía. A veces uno está como relatas: sin estar. Con las ganas dormidas y la mente ausente, en otro lugar o talv vez en ningún lugar.

Me gustó tu post, primo, como siempre. Besos gordos.